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Mostrando entradas de febrero, 2012
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    Sweet Home Desayunando                                                                 Siempre  Koh Lipe   Un buen momento                                                                     Dia de barquita                                                        Tres son compañía Pescadito rico Relax Si !!!  A pescar.... Atardecer                                                          El regalo de la tarde
Tailandia, Koh Lipe, 10 Febrero de 2012. Por fín hemos llegado a Koh LIpe...tras un loco viaje en autobús ( supuestamente aquí se conduce así ) y llegar tarde a la salida del barco de turno, tuvimos que hacer tiempo hasta la salida del siguiente... quizás llegaríamos tarde por algo, no sabemos por qué pero sería por algo; en el siguiente barco fuimos los primeros y pudimos disfrutar del viaje en la proa. La isla es encantadora, a golpe de vista lo que más nos ha impresionado ha sido el color del mar, con tonos turquesa y azul marino combinado con el color blanco de la arena,también hay algunas islas muy pequeñas que adornan el fondo de la foto... para alguien que no está acostumbrado (como yo), es increíblemente bonito y más si puedes disfrutarlo desde tu bungalow cuando te despiertas, alzas la vista y estás rodeado de un pequeño bosque y al final del mismo el color azulito del mar! solamente ese momento de alzar la mirada y comprobar que estás en un sitio así, te alegra la maña
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  Anochece en Tonsai... Llega la hora del descanso... De tarde Colgados A pie de playa Arispón Afri, abriendo
Tailandia, Ton sai, 2 de Febrero del 2012. Algo más de 9.456 kms recorridos en tres vuelos, 105 kms en autobus y con ellos la suma de un cúmulo de entusiasmo y motivación extras que nos darían las ganas suficientes para continuar después de casi dos días de viaje...llegados al punto más cercano de nuestra primera visita, nos quedaba un último tramo que ocurriría en la noche... el desplazamiento en una barca ( no se podía acceder de otra manera hasta ese punto), con ella recorreríamos bajo un manto de estrellas y con un insonorizado motor (por el mágico momento) en el que nos encontrábamos: recorriendo la península con la soledad del barco en pleno mar y observando las pequeñas e iluminadas playas con una espesa vegetación que causaban la sombra y así el contorno de las montañas en la oscuridad de la noche. Sencillamente, insuperable. Bajados de la barca y cogiendo nuestro destino con las manos, la sonrisa se nos dibujó en una cara de expectación y asombro. Posteriormente decidim